Mil años y un día después vuelven las palabras. Creo que sin orden ni concierto, pero ahí están, dentro de mi cabeza buscando ponerse unas detrás de otras.
Supongo que han pensado que ya era hora de salir. Aburridas de dar vueltas ellas sólas ya tienen ganas de ver mundo.
Pero será como siempre, poco a poco...
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