martes, 29 de julio de 2008

Salpicaduras

Lo que menos le importaba a Babé eran las salpicaduras. A veces las dejaba unos días porque le gustaba mirarlas. Pero ahora, en verano aquello se ponía horrible de moscas y no tenía otro remedio que limpiarlas. Babé estaba escuchando la bso de Sobreviviré con los ojos cerrados, fumando y moviendose lentamente por la habitación, teniendo mucho cuidado de no tropezar con el cuerpo. Por la tarde vendría La Mosca y se llevaría el cuerpo. A Babé no le importaba saber qué le pasaría después, ella simplemente se encargaba de la primera fase: acuchillar miles de veces al elegido aquel día.
El cuerpo del suelo parecía muy jóven, no más de veinte. La cara era imposible adivinarla. Sólo había cortes y sangre, pero a Babé le daba igual, ya que ella recordaba siempre la cara de los cuerpos.
No muy lejos los tres chicos cenaban pizza mientras veían un partido de fútbol por la tele. Babé no se los imaginaba sin sus caras. Aunque tal vez éstas algún día desapareciesen...

continuara....

1 comentario:

Mónica dijo...

ya me tiene loca la historia...