miércoles, 31 de marzo de 2010

Retratos

Se sentaba a fotografiar cómo los pasos cliqueaban el suelo.

Escogía un banco cualquiera de una calle cualquiera y preparaba la cámara. Enfocaba enfrente, a la acera, y apretaba el disparador cuando alguien se cruzaba. Sólo retrataba la parte inferior de las piernas de los peatones. Día tras día. Recogía esos pasos perdidos que luego albuneaba.

Muchos volvían, otros corrían, algunos vagueaban...

Nunca miraba más arriba de la rodilla.

Un día unos pasos se pararon enfrente. Esos zapatos apuntanban directamente a la cámara. Buena foto, pensó. Y rompiendo sus nomas levantó la mirada. Vió una cámara que le hacía una foto.

Una foto que iría a un albun de fotos de gente sentada en los bancos de una calle cualquera de una ciudad cualquiera...

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