Babé escuchaba música de los ochenta. Su vida, en cierta manera, permanecía atada a todas esas canciones. Babé pensaba: "..tiene un plan para poder escapar", "a quien le importa", "amor, la noche ha sido larga y llena de emoción", "tribus ocultas cerca del rio..", "he oido que la noche es toda magia.."..y así hasta un largo etcétera. De echo muchas veces actuaba como si esas canciones fuesen su forma de ser. "sali de casa con la sonrisa puesta...", "es un huracán profesional que viene y va" , "muy bien, lo estás haciendo muy bien..", "hay un tipo dentro del espejo que me mira con cara de conejo", "no tengo problemas de amor, lo que me pasa es que estoy loco por privar..".
Babé guardaba su colección de vinilos, aunque no ha podido resistirse a la tentación del mp3. Se pasa el día oyendo música, y cuando llega la noche esas canciones cobran vida e incluso la guian a veces.
Babé vivió los ochenta con la fuerza de los veinte años. Ahora buscaba otra cosa diferente a aquella diversión efímera de los fines de semana. Babé tenía un plan.
Mientras tanto, ellos entraban en el otro garito. Y reían, bailaban, ligaban, fumaban y se drogaban. Tres tíos de los ochenta. Ese era el plan de Babé.
-continuará-
2 comentarios:
vamos! vamos! otro post de Babé!!!
Me estoy haciendo "Babeadicto"...
parece que hayamos salido...
ya me he metido en la historia...
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